El invierno conlleva sus propios retos, no sólo para nuestro bienestar, sino también para nuestra piel. Las temperaturas frías, los vientos helados y el aire seco de la calefacción afectan a la piel y la privan de la humedad que tanto necesita. Las personas con piel sensible, problemas cutáneos crónicos o enfermedades como Neurodermatitis a menudo experimentan un empeoramiento de sus síntomas durante la estación fría. La tirantez, el picor y el enrojecimiento se convierten en compañeros constantes, mientras que la barrera cutánea se debilita cada vez más.
¿A qué se debe? El cambio constante entre el aire frío del exterior y el aire seco y cálido del interior lleva a la piel a sus límites. Las influencias externas, como la fricción de la ropa o la baja humedad, también agravan la situación. Especialmente para las personas con Neurodermatitisuna enfermedad crónica e inflamatoria de la piel, el invierno es una época especialmente difícil. Los brotes son más frecuentes y la piel se vuelve más sensible a las tensiones externas e internas. En este artículo analizamos detalladamente por qué la piel sufre en invierno, qué factores favorecen la sequedad y la irritación y cómo Neurodermatitis se ve afectada en invierno. También te damos consejos sobre la mejor forma de proteger tu piel, tanto si simplemente tienes la piel seca como si padeces una afección cutánea compleja, como por ejemplo Neurodermatitis tener.
Índice
- ¿Por qué sufre la piel en invierno?
- Problemas cutáneos típicos del invierno
- Cómo cambia la dermatitis atópica en invierno
- Cuidados básicos para una piel sana en invierno
- Apoyo natural: plantas medicinales
- Consejos prácticos para los afectados de neurodermatitis
- PREGUNTAS FRECUENTES: Preguntas sobre la salud de la piel
1 ¿Por qué sufre la piel en invierno?
La piel es nuestro órgano más grande y sirve de escudo protector contra las influencias externas. Sin embargo, esta función protectora se pone a prueba en invierno. La piel depende de mantener intacta una barrera de agua, lípidos y células muertas para retener la humedad y mantener alejados los agentes irritantes. Sin embargo, es precisamente este mecanismo protector el que empieza a flaquear durante la estación fría.
Factores externos: el clima pasa factura
Frío y viento fuera:
El aire frío del exterior apenas contiene humedad, lo que significa que la piel se seca más rápidamente. El viento intensifica aún más este efecto, ya que literalmente "se lleva" la película protectora natural de la piel. La piel pierde elasticidad y empieza a tensarse, a picar o incluso a descamarse.
Seca el aire de calefacción en el interior:
Mientras nos protegemos del frío en habitaciones con calefacción, las calefacciones eliminan toda la humedad del aire. Este ambiente seco tiene un efecto directo sobre la piel, que de todos modos pierde más humedad en invierno. Las zonas expuestas, como la cara, las manos y los labios, se ven especialmente afectadas.
Alterna entre caliente y frío:
La transición constante del aire frío del exterior al aire caliente del interior supone una tensión adicional para la piel. Los capilares se contraen con el frío y se dilatan con el calor, lo que puede provocar enrojecimiento e irritación de la piel.
Factores internos: La piel produce menos grasa
En invierno, el cuerpo reduce la producción de sebo, ya que la piel produce menos grasa a bajas temperaturas. Esta falta de grasa hace que la barrera protectora natural de la piel deje de funcionar de forma óptima. Sin la película grasa protectora, la piel pierde más humedad y se vuelve más susceptible a los irritantes externos, como la ropa irritante o la contaminación ambiental.
Las consecuencias: Efectos sobre la piel sensible y neurodermatitis
Para cualquiera que sufra sequedad cutánea, el invierno es una época en la que es esencial un cuidado constante. Pero para las personas con afecciones cutáneas como Neurodermatitis los efectos son especialmente fuertes.
Barrera cutánea debilitada:
Con Neurodermatitis la barrera cutánea está deteriorada de forma natural, y las tensiones externas, como el frío y la sequedad, agravan el problema. La piel no sólo pierde humedad, sino que también permite que los irritantes penetren más fácilmente.
Aumento de la inflamación y enrojecimiento:
Neurodermatitis se caracteriza por inflamaciones crónicas. En invierno, éstas aumentan debido a la sequedad de la piel, que puede desencadenar o empeorar los brotes. El eccema se extiende más rápidamente, sobre todo en zonas sensibles como la cara, las manos y la parte baja de los brazos.
Picor:
La piel seca y agrietada pica más: un círculo vicioso para los afectados. Rascarse intensifica los síntomas, ya que daña aún más la piel y favorece la inflamación.
2. problemas cutáneos típicos del invierno
La estación fría nos trae algunos problemas cutáneos a muchos de nosotros. Tanto si sólo tienes la piel ligeramente seca como si eres propenso a tenerla sensible, el invierno puede plantear verdaderos retos a tu piel. Las manos, la cara y otras zonas expuestas constantemente al aire frío y seco se ven especialmente afectadas. He aquí un resumen de los problemas más frecuentes:
Sequedad: sensación de tirantez y caspa
¿Has tenido alguna vez en invierno la sensación de que tu piel es demasiado pequeña para tu cara? Esta desagradable sensación de tirantez es típica de la piel seca. La razón es la pérdida de humedad, que se agrava por la falta de humedad y la menor producción de sebo. Con el tiempo, la piel empieza a descamarse y, sin los cuidados adecuados, pueden incluso formarse finas grietas, que pueden ser dolorosas y favorecer la inflamación.
Picores: un compañero constante en invierno
Cuando la piel está seca, a menudo empieza a picar. Rascarse alivia el picor a corto plazo, pero a largo plazo agrava el problema. El resultado es un círculo vicioso: rascarse lesiona la piel, lo que provoca más irritación e inflamación. Especialmente para las personas con Neurodermatitis El invierno puede ser una época en la que el picor esté presente casi a diario.
Eczema con dermatitis atópica: reagudizaciones más frecuentes en invierno
Para personas con Neurodermatitis El invierno es especialmente difícil. La ya debilitada barrera cutánea se ve sometida a una tensión adicional por el frío y la sequedad, y aparecen eccemas con más frecuencia. Las manos se ven afectadas con frecuencia, ya que suelen estar desprotegidas y se resecan aún más debido al lavado frecuente. La cara y las axilas también son zonas problemáticas típicas que necesitan más atención y cuidados en invierno.
3. cómo cambia la dermatitis atópica en invierno
Si tú Neurodermatitis probablemente sepas que los síntomas pueden cambiar según la estación. Mientras que el aire cálido y húmedo suele tener un efecto calmante sobre la piel en verano, el invierno puede ser un verdadero desafío. He aquí las principales razones por las que la dermatitis atópica suele empeorar en invierno:
Fluctuaciones constantes de temperatura
El cambio entre el aire frío del exterior y el aire seco y caliente del interior es muy duro para la piel. En el frío, los vasos sanguíneos de la piel se contraen para mantener el calor dentro del cuerpo. En cuanto vuelves al calor, los vasos sanguíneos se dilatan, lo que puede provocar enrojecimiento y una desagradable sensación de calor. Para las personas con Neurodermatitis esto supone un estrés adicional, puesto que la piel ya reacciona de forma más sensible a los estímulos externos.
Pérdida de humedad por aire seco
La baja humedad del invierno aumenta la pérdida de humedad de la piel. Con Neurodermatitis la barrera cutánea ya está dañada, por lo que el agua se evapora aún más rápido. El resultado: la piel se vuelve más seca, escamosa y más susceptible al eccema.
Exposición a la ropa
Ropa que proteja en invierno Neurodermatitis puede convertirse en un problema. Los jerseys de lana y los tejidos sintéticos pueden irritar la piel y desencadenar brotes. La ropa ajustada o las costuras en zonas sensibles, como las curvas de los brazos, también exacerban los síntomas.
Menos luz solar
La luz del sol tiene Neurodermatitis tiene un efecto calmante, ya que los rayos UV pueden reducir la inflamación. En invierno, cuando los días son más cortos y pasas menos tiempo al aire libre, falta esta ayuda natural. Por eso, muchos enfermos notan un empeoramiento de sus síntomas en los meses más oscuros del año.
Tensión emocional y estrés
El invierno es una época estresante para mucha gente. Ya sea debido a las fiestas, a las presiones laborales o a la sensación de que los días oscuros nunca acaban, todo ello puede afectar a tu estado de ánimo. Neurodermatitis empeorar. Estrés es un conocido desencadenante de recaídas, y en invierno suele ser más difícil encontrar islas de calma.
4. cuidados básicos para una piel sana en invierno
El cuidado adecuado es esencial en invierno para prevenir la piel seca y afecciones cutáneas como Neurodermatitis y prevenir los brotes. Si cuidas tu piel con constancia y cambias algunos hábitos sencillos, podrás protegerla mejor y reforzar su barrera natural. He aquí los componentes más importantes de un cuidado de la piel adecuado para el invierno:
Limpieza suave
La piel suele estar irritada y sensible en invierno. Por eso debes buscar productos limpiadores que sean suaves y no contengan fragancias ni sustancias químicas agresivas.
- Evita los jabones con mucha espuma: No sólo eliminan la suciedad, sino también la película grasa natural de la piel. Elige en su lugar productos limpiadores de pH neutro o hidratantes.
- No hay agua caliente: Por muy agradable que sea, una ducha caliente también reseca la piel. El agua tibia es ideal para no estresar la piel.
- Seca suavemente: No frotes la toalla sobre la piel, sino sécala suavemente para evitar irritaciones.
Cuidado hidratante diario
Después de la limpieza, la piel necesita una dosis extra de cuidados, sobre todo en invierno. Los productos hidratantes y regeneradores de lípidos ayudan a reforzar la barrera cutánea y a retener la humedad.
- Cremas y ungüentos ricos: Asegúrate de que los productos contengan aceites como manteca de karité, jojoba o aceite de almendras. Estos hidratan la piel y la protegen de la sequedad.
- La regularidad cuenta: Aplica crema hidratante por la mañana y por la noche. Sobre todo después de ducharte o lavarte las manos, es importante hidratar la piel inmediatamente mientras aún está ligeramente húmeda.
- No olvides los labios y las manos: Estas zonas sensibles necesitan una protección extra en invierno. Aplícate bálsamo labial varias veces al día e hidrata tus manos después de cada lavado.
5. apoyo natural: plantas medicinales
Capuchina es conocido por sus fuertes propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas. Con Neurodermatitis puede ayudar a calmar las reacciones inflamatorias de la piel y reducir el riesgo de infecciones bacterianas causadas por arañazos. Utilizada en infusión o tintura, fortalece la piel desde dentro hacia fuera, mientras sus principios activos refuerzan el sistema inmunitario y favorecen la cicatrización natural. La capuchina también ayuda a que la barrera cutánea sea más resistente a las influencias externas.
Semillas de corazóntambién conocida como agripalma, es una ayuda suave para la piel irritada y la inflamación crónica. Sus propiedades calmantes actúan tanto sobre la piel como sobre el sistema nervioso, lo que ayuda a Neurodermatitis puede tener un doble efecto. Los extractos de semillas de corazón ayudan a la piel a regenerarse y pueden calmar la inflamación, a la vez que la hidratan desde dentro hacia fuera. Reducir el estrés - un desencadenante frecuente de recaídas.
En Pensamientos se conoce desde hace tiempo por su efecto curativo sobre la piel problemática. Tiene un efecto antiinflamatorio y calmante, por lo que es un remedio eficaz contra el picor y el eczema. Los flavonoides y saponinas que contiene favorecen la cicatrización de la piel y ayudan a eliminar el exceso de toxinas. Utilizado en infusión o cataplasma, el pensamiento alivia notablemente la piel irritada y refuerza la barrera cutánea a largo plazo.
Semillas de cáñamo son una valiosa fuente de ácidos grasos omega-3 y omega-6, esenciales para una barrera cutánea sana. Estos ácidos grasos esenciales ayudan a hidratar la piel y a reducir la inflamación, que puede producirse con Neurodermatitis a menudo cobran protagonismo. El aceite o los productos de semillas de cáñamo pueden tomarse internamente o aplicarse externamente para fortalecer la piel y aliviar el picor. Su efecto antiinflamatorio lo convierte en un compañero ideal para la piel sensible.
En Ortiga es un verdadero todoterreno para el cuidado de la piel y el cuerpo. Es rica en minerales como el silicio, el hierro y el zinc, esenciales para la regeneración de la barrera cutánea. El té o los extractos de ortiga tienen un efecto de limpieza interna, ya que eliminan el exceso de toxinas del cuerpo y alivian la inflamación. Gracias a su efecto purificador de la sangre, la ortiga puede ayudar a romper el círculo vicioso de la inflamación y el picor en Neurodermatitis para abrirte paso.
Artemisa es una planta medicinal tradicional conocida por sus propiedades calmantes y equilibrantes. Con Neurodermatitisa menudo causada por Estrés e inquietud interior, la artemisa puede ayudar a calmar el sistema nervioso y fortalecer la piel desde el interior al mismo tiempo. Favorece la circulación sanguínea y favorece la regeneración de las zonas irritadas de la piel. Utilizada como infusión o aditivo para el baño, la artemisa proporciona calma y favorece el equilibrio, que es esencial para una piel sana.
Con métodos naturales, como las mezclas espagíricas personalizadas de Zimply Natural, sus dolencias pueden aliviarse de forma natural y sostenible.
6. consejos prácticos para los enfermos de neurodermatitis
Neurodermatitis requiere cuidados aún más específicos y precauciones adicionales en invierno. He aquí algunos consejos que pueden ayudarte a proteger tu piel y minimizar los brotes:
Aumenta la humedad
El aire seco de las habitaciones con calefacción agrava los problemas cutáneos. Una mayor humedad puede ayudar a evitar que la piel se seque.
- Utiliza un humidificador: Estos aparatos son especialmente útiles en salones y dormitorios para llevar la humedad a un nivel saludable (40-60 %).
- Las plantas como humidificadores naturales: Plantas como los lirios verdes o la hierba de Chipre aumentan la humedad de forma natural.
- Ventila regularmente: El aire fresco evita que el aire de la habitación se seque demasiado y, al mismo tiempo, aporta oxígeno a las habitaciones.
Adapta tu dieta
Tu dieta desempeña un papel importante en la salud de tu piel. En invierno, puedes beneficiarte especialmente de los alimentos que fortalecen la piel y reducen la inflamación.
- Nutrientes respetuosos con la piel: Los ácidos grasos omega-3 (por ejemplo, en el pescado, las semillas de lino o las nueces) tienen un efecto antiinflamatorio. La vitamina D, de la que sueles absorber menos en invierno a través de la luz solar, puede obtenerse de suplementos dietéticos o de ciertos alimentos como la yema de huevo o las setas.
- Evita los desencadenantes: Evita los alimentos que puedan desencadenar reagudizaciones, como los productos muy procesados, el azúcar o el alcohol.
- Bebe mucha agua: Aunque sientas menos sed en invierno, una hidratación adecuada sigue siendo crucial para la salud de la piel.
- Disfruta de los baños de aceite: Si te gusta bañarte, añade un aceite de baño hidratante para proteger y calmar la piel. Evita los baños de burbujas, pues suelen resecar la piel.
7 FAQ: Preguntas sobre la salud de la piel
¿Qué productos de cuidado son adecuados para la piel seca en invierno?
Los productos reponedores e hidratantes son esenciales para la piel seca en invierno. Las cremas con ingredientes como manteca de karité, aceite de almendras, glicerina o urea ayudan a retener la humedad en la piel y refuerzan su barrera. Los productos a base de agua son menos adecuados porque se evaporan rápidamente y pueden resecar la piel. Las pomadas o cremas ricas con mayor contenido en grasa ofrecen mejor protección, sobre todo cuando hace frío. Asegúrate de que los productos no contienen fragancias ni conservantes para evitar irritaciones.
¿Cómo puedo proteger mi piel del frío cuando estoy al aire libre?
Antes de salir al exterior, es importante proteger la piel con una crema o pomada untuosa. Éstas forman una barrera que protege la piel del frío y el viento. Ponte guantes para proteger las manos del frío y la sequedad, y utiliza una bufanda para cubrirte la cara. El bálsamo labial también es imprescindible para evitar los labios agrietados. Si vas a estar mucho tiempo al aire libre, puedes volver a aplicarte la crema o el bálsamo labial sobre la marcha para mantener la protección.